lunes, 6 de junio de 2011

PARISIAN CHIC de Ines de la Fressange



Mi última adquisición literaria ha sido esta guía del estilo parisino. Escrita por Ines de la Fressange (Ex-modelo de la Casa Chanel, empresaria con una cadena de pequeñas tiendas de moda, diseñadora, y consultora para Jean-Paul Gaultier), pretende ser una guía no solo de moda sino del estilo de vida de la mujer francesa.

La versión que leí está escrita en inglés, y aunque traté de buscar alguna versión en español, solo encontré la versión francesa. Sin embargo es un libro de fácil lectura y lleno de vívidas ilustraciones. Yo lo terminé en unos cuatro días. Aunque debo confesar que me salté las guias de compras en París, especialmente las secciones para familias y niños… Pero habrá a quien le interese.

A pesar de que el libro es más una guía de estilo en general, me interesó principalmente en el aspecto estético de la moda francesa, que se puede definir, sin miedo a resumir demasiado, como un estilo sencillo pero elegante, sobrio pero femenino y refinado.

El estilo francés, a diferencia de lo que muchos asumen, no se basa en el lujo, la ostentación y frivolidad, más bien característicos de períodos diferentes en Francia, y de otros países donde se busca una apariencia más llamativa, como España o Italia. El estilo contemporáneo francés es cómodo y desenfadado: que no se deje ver que se ha trabajado demasiado para lograr el “look”. Se trata de combinar piezas clásicas, donde nada sobra, sin joyas pomposas ni exceso de maquillaje, pero cuidando cada detalle para no dejar atrás la elegancia y feminidad.

Las prendas se llevan sueltas, fluidas, cómodas. Las telas son naturales: algodón, punto, lana, lino. Los colores son suaves y neutros, sobre todo, negro, gris, blanco, crema, y azul marino, aunque se puede dejar ver un poco de color para acentuar. Los estampados son sutiles, rayas, cuadros, quizá flores, pero todo en pequeñas dosis. Y no debe faltar el toque “masculino”: pantalones, chalecos, camisas de hombre, para añadir un toque del “look garçonne”.

domingo, 5 de junio de 2011

El místico camino hacia el pasado recurrente

En esta contingencia recurrente, apareces tú:
colisión sidérea que traspasa mis más torpes inadvertencias;
tú, caminando siempre sobre el mismo sendero, en el lado opuesto de la acera.
Siempre y cada vez, incesante y desafiante...
Tú que no tienes idea de ser un capricho de la fortuna...
Tú, que no sabes cuántos caminos me ha llevado encontrarte!

Tú, que eres fragancia dulce, añoranza indeleble que
invariablemente me conduce hacia un místico pasado;
ese espacio donde éramos uno solo, sin nombre, sin voces,
de donde partimos a reencontrarnos una y otra vez; cada vez,
en este sortilegio aleatorio y precioso que es la vida.

Tú, que bebes mi vida de un sorbo y eres el sorbo que me la devuelve,
que caminas en el filo de mis razones y agotas mis fronteras y recursos;
Tú, que naciste en un lienzo eterno y te dibujas como fractal del delirio ingenuo e inmaculado,
Tú que eres vil cuando no existes…
Eres la promesa, prenda y evidencia de esta secuencia eterna, esta búsqueda imperecedera.

Y yo… ¿qué soy yo en lo que queda?
Nada más que un excusa para decir tu nombre,
nada más que un templo para soñarte, nada más que tiempo para esperarte…

L.R.

Al Mar

Mis pies sobre la arena besan tu tierra
Mi boca degusta el sabor
Del vino de tu boca
Hecho de vid crepuscular

El viento borda con hilos de oro
Redes para pescar tus anhelos y regalártelos:
Redes que te unan a mí
Tejiendo tu alma y la mía

Frente a ti ya no soy yo

Te vistes de terciopelo negro
Y escarcha de plata
Y eres inmenso y eterno,
Aún dormido, vibrante

Te escucho hablar y ya no soy;
Tu voz canta melodiosa
Al ritmo de las olas
Y mi corazón sigue el compás.

Ya no te miran mis ojos
Porque miro a través de los tuyos.
Soy un cuerpo disuelto como la sal
Disuelto en el mar, disuelto en el cielo.

Me sumerjo en tus aguas mansas
Entre caracolas de nácar y coral
Y puedo atrapar las estrellas en un segundo
Y hacer de ese segundo toda la eternidad

Los fantasmas que me habitan

De los fantasmas que me habitan me gusta hablarte a ti.
Me gusta hablarte aunque nunca me oyes.
Me gusta que seas tú la segunda persona, sin nombre.
Te retengo en este diálogo sin dos,
Donde la palabra se evapora, mientras de ti me queda un aliento.

Yo guardo tuyo, solo lo que tengo para decirte, aunque ya ni tiene razones.
Y te hablo porque en mis palabras tú palpitas haciendo vida en mi pecho.
Si yo no te hablara, ¿quién me diría tu nombre?
¿Quién te llamaría “amor” en silencio?
Si yo no te hablara ¿quién te haría volver?

De los fantasmas que me habitan me gusta hablarte a ti
Me gusta hablarte aunque nunca me oyes…

Gélida Lágrima

Gélida lágrima brilla
Sobre el cielo del caribe
Llora tu luz sobre el hombro
Del que sobre tu alma escribe

Derrama en él los misterios
Que tu soledad concibe
Extiende dulce tu regazo
Que en la pena lo recibe

Tú que sabes del amor
Que da todo y nada pide,
Lo mismo así es mi querer
Que sin su presencia vive

Tú le miras justo ahora,
Dime, blanca, si sonríe,
O si llora como yo
Rogando que no me olvide.

La senda de tu ausencia

Hoy después de tanto tiempo
Con la esperanza gastada
Tanto tiempo caminando
Va mi pisada cansada
De tanto andar los caminos
Donde ya no queda nada;
Tantas palabras en vano
De promesas olvidadas

Pero como hoy yo transito
Esta senda abandonada
Tú también recorrerás
La misma ruta mañana
Y buscarás con angustia
En las vistas desoladas
Una mirada piadosa
Para redimir tu alma

Recorriendo aquel camino
Se detendrá tu mirada
Sobre un rosal ya marchito
Muriéndose en la explanada,
Sobre un morichal desierto,
Y una sedienta sabana
Donde los sollozos cantan
Como un eco en la distancia

Hasta el cielo va a llorar
Mi partida sin llegada;
No hallaras cobijo alguno
Ni refugio, ni pilastra
Solo el mausoleo en ruinas
Donde yace mi esperanza,
donde la ausencia se aflige
Y con la soledad se enlaza

Existo en ti

Me gusta vivirte como si fueras una casualidad
Imaginarte naciendo de la nada.
Me gusta encontrarte de nuevo y ver en tus pupilas mi pasado,
que casi ya no recuerdo.
Me traes la fragancia de viejas nostalgias;
Me traes el aliento que me empuja a los nuevos senderos.

Me gusta tomarte la mano y sentir en ella mi propia piel,
Me gusta hacer de tus ojos un espejo para ver los míos,
Me gusta oír mi voz mientras te hablo
mientras se repite en tus pensamientos.
Me gusta repetirme en ti.

Me gusta descubrir la vida en tu vida
Para saber que no lo estoy soñando,
Y saber que existo en ti